Acércate y lentamente déjame amarte con cuenta gotas, no te apresures, sabes que yo camino lento. No grites, mejor hablame y susurra dulces palabras a mi oído. No me tomes fuerte, mejor lentamente dame la mano, pasa bien junto a mi, roza tus brasos con los mios, y tómame sorpresivamente por la espalda. No me presiones, no me sofoques, demuéstrame cuanto me amas con la mayor de las simplezas.
-Hay algo que quiero decirte acerca de aquella conversación que tuvimos, nose si la recuerdas..
Cuando salís, yo estoy llegando. Nos cruzamos todo el tiempo. Los reproches, siempre están presentes. Mientras dormís, yo sueño. Y cuando querés algo extravagante, yo prefiero la simpleza.
Si, a veces esta bueno recordar a ellos, a nuestros cuidadores del alma.
Esos que alguna pertenecieron a una parte –importante- de nuestras vidas. Esos que alguna vez, llenaron de sonrisas nuestros días, esos que encontramos en fotografías, y recordamos su mirada .
Porque algunos dejaron anécdotas, dejaron recuerdos junto a ellos, y momentos felices – no siempre son felices solamente, pero a la distancia los recuerdos se acomodan, y lo hacen según nuestro antojo- por eso, momentos de felicidad, de alegría y risas. Momentos de juegos, de abrazos y de visitas. Momentos que siempre vana quedar en el fondo de una cajita, en nuestro corazón.
Por otro lado, están esos seres que fueron un soplo en nuestras vidas, pero que dejaron marcas imborrables, tal vez no los recordemos y arduamente intentemos hacerlo, creando imágenes con nuestra imaginación. Pero existieron, algunos dejaron legados importantes, algunos dieron un pedacito de su vida – y es mas que cualquier recuerdo-. Esto no desaparecen nunca, porque a pesar de tal vez no tenerlos en el álbum de nuestra memoria, y solo encontrar unas viejas fotografías un tanto amarillas, está en cada parte de nuestro cuerpo, en nuestra forma de actuar, y hasta en nuestros valores.
Estos dos, hoy no podemos abrazarlos, ni llamarlos, o visitarlos. Porque están un tanto lejos. Pero tienen otro trabajo, hoy son ángeles.
Ángeles que cuidan a quienes mas aman, que protegen de los golpes duros, ríen cuando sonreímos, se entristecen cuando alguna lagrima cae, y son felices cuando nuestro corazón también lo es. Nos acompañan, nos miman, nos tapan por las noches, y se sienten orgullosos por nuestros logros. Ayudan a sanar nuestros corazones rotos, y nos dan la mano cuando necesitamos levantarnos. Están ahí en cada ocasión especial, no tienen feriados, o si los tienen no estoy segura, pero si los tienen deciden pasarlo con su gente, y nuevamente caminan con nosotros. Van un paso adelante para protegernos, un paso atrás para cuidar nuestra espalda, y a nuestro lado, para nunca dejar de caminar juntos.
Por eso no lloro mas –solo a veces cuando extraño el sonido de su voz, o sus carcajadas- porque los tengo mas cerca que nunca, y se que en este momento los puedo pillar con una sonrisa por los momentos que pasamos, y un tanto de melancolía porque resulta un poco complicado verlos.
Pero saben algo, los descubrí.- Me están abrazando.-
-¿Sabes que me gustaría? Me gustaría saber cuando fué la última vez que fuimos felices, hace tanto que ni siquiera lo recuerdo.
Todavía busco.
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(Imagen, Sierras de Cordoba)
El otoño comienza a mostrar sus primeros indicios, plazas amarillas, sacos a la tarde, vientos frescos, cafés, y vos, que de a poco te vas aproximando, de nuevo entre las nubes. El otoño entro y tu llegada se hace casi presente. Lo acepto, hace mucho espero, y ansío el próximo nuevo mes. Bienvenido a un un Abril que promete, y mucho. Un abril que se lleva la soledad, un mes para cambiar el armario, limpiar su polvo, y armarlo de nuevo.
En un lugar donde los sentimientos muchas veces eran desprestigiados, donde era más importante el tener que el ser, donde las almas volaban sin sentido, y donde las luces sobre los hombros izquierdos eran difíciles de encontrar, en un lugar así, llamado Mundo. Ahí se encontraban con miles de trabas, de razones sin razones, y excusas por doquier.
Nos conocimos casi sin pensarlo, después de miles de vueltas chocamos frente a frente. Creamos historias, y cuentos, y entre animales con moralejas, y algunas copas te hice un espacio en mi corazón. Creamos risas, y soñamos con un futuro (sin olvidarnos del presente).
EL viento te queda perfecto, el atardecer se refleja en tus ojos, y la corriente se lleva tus pensamientos. Silencio, paz, armonía. Nada más que miradas perdidas en recuerdos, y en nosotros. En todo lo que fuimos y lo que vamos a ser.
Vivir, o mas bien sobrevivir, de eso se trataba. Su vida no constaba mas que en depresiones y decepciones, angustias, llantos, peleas, gritos, y un poco mas de todo esto. Mostrarse bien con aquellos que la rodeaban, preocuparse mucho por su apariencia, y poco por sus sentimientos. Pensar soluciones y encontrar nada más que más problemas, y más razones. Nada deseaba más que volver a aquel lugar con su tranquilidad, sus vientos, sus nubes y su cielo limpio de nubes.
Y de pronto, se dió cuenta que el fin se acercaba, todo aquello por lo que había anhelado siempre, venía tras ella, y ella sin darse cuenta corría para que no la atrapase, vientos, lluvias, llantos, música, recuerdos, alegrías, y decepciones. Amigos, y amor, todo estaba pasando en un mismo momento, ya podía ver el final que aunque a otros ojos lo veían lejos, ella lo visualizaba cada vez con mas frecuencia.
Llevate todo, todo lo que te di, y lo que alguna vez te lo prometi. Tus regalos, tus caricias, y los abrazos, los mas largos, y hasta los cortos. Llevate tus besos y llevate tus promesas, las cumplidas y las que nunca lograste concretarlas, las pasadas y las que prometían un futuro, ese que nunca lo vamos a tener (juntos) . Llevate todo, llevate mi piel asi si alguna vez la extrañas, tan solo tenés que sacarla de tu armario, llevate mis ojos asi de vez en cuando puedo espiarte, llevate mis manos y mis brazos, si...Esas que alguna vez fueron tuyas, mis piernas y hasta mi ombligo. Que el viento sople fuerte y se lleve las tardes en las plazas, y las noches en casa. Que se lleve las largas siestas y las noches sin dormir. Lo que te conozco, y lo que me falto por conocerte. Llevate todo, o que alguien lo haga, arranca de mi cuerpo tus marcas, los dolores que tuve por vos, tan solo dejá las cicatrices para así recordar que puedo salir adelante siempre, llevate mi almohada, llevate mis sábanas también así no puedo sentir tu aroma cuando me recuesto a mirar alguna película.
Volve a a mi lado, pero solo unos minutos, tan solo quiero volver a sentir tu piel.No, no más.
-Y que hacemos?
Ambigua.
Solo trato entenderme para así, facilitar tu tarea.
La llegada a la ciudad me estaba volviendo loca, necesitaba de vos.
El miedo, ese mismo que fué cambiando durante los años. Recuerdo hace solo algunos años el panico hacia la oscuridad, hoy ya compañera de aventuras. Aquellos vampiros y brujas que nos quitaban el sueño, hoy son solo sombras que quedaron olvidadas en algun rincon del cuarto.
Hoy termino todo, acabo de llegar, todavía no entiendo como a veces pareciera que el amor simplemente se esfuma de un segundo a otro.
Ella quería enamorarse, quería dejar atrás todo pasado. “un clavo saca a otro clavo”, alguna vez le dijeron, no creía que fuese así, pero prefería hacerlo. El era perfecto para ayudarla a olvidar, encantador, con una sonrisa desbordante y tan simpático como para levantar sus ánimos en los días mas difíciles.
Tuvieron noches y mas noches de amor..
Y ahí estaban los dos, en el medio de la nada, sobre miles de kilómetros de rio, y en medio de grandes montañas.
Clima calido, frases holgadas y largas conversaciones, creaban el ambiente de cuento de hadas.
Luego de un largo silencio en donde solo reinaba la paz y la naturaleza, el encendió un cigarrillo, ella lo miró con ternura de una niña, y mientras la tarde caía el pregunto,
-¿Y si nos enamoramos?
Ese fue el plan, y aceptamos.
El se volvió una obsesión, no es mas que eso. Pero creí haber encontrado mi gran amor, y que tal como en las películas terminaríamos casándonos en una gran ceremonia. Pero no, no fue así. Fue mas difícil de lo que creí. Creí que al haber terminado una relación seria mas fácil enamorarlo, pero ella siempre estaba presente. Revoloteando en nuestras vidas, en conversaciones, recuerdos y melancolía. Sin dudar seguía enamorado de esa mujer, pero yo no quise verlo, su extraña obsesión por darle celos y por querer cruzarla, tan solo para saludarla, traía peleas, gritos y tontas promesas.
Yo me había puesto de objetivo borrar a ella de tu vida.
Hasta que un día la conocí.
Ella era una de esas personas que tienen luz propia, seres de otro mundo a los que no le importa lo mundano, tan solo vivir. Y fue por eso que terminaron tenia mucha vida para el, no podía pertenecer a una sola persona por tanto tiempo. Necesitaba la libertad, tal como la necesitan todos, eso creía...pero no, hablo de otra libertad. De la verdadera, de la naturaleza, de saber explorar y querer conocer, de aprender a amar sin atarse, tanto a las personas como a los objetos. Si, ella era una mariposa, llena de colores y llena de vida.
Todo aquello que el buscaba en una mujer, claro estaba acostumbrado a vivir al limite, ella lo había acostumbrado. Lo que nunca entendí es porque lo dejo, si seguía amándolo. Si, seguía amándolo, eso me lo confeso una noche aquella noche que descubrí lo especial que era ella, y cambie mi opinión acerca de nosotros, se merecían estar juntos, eran complemento, eran uno, yo ya no tenia nada que hacer.
-Terminamos. Si, anda y búscala.
Fue todo lo que pude decir, las lagrimas brotaron de mi por días. Pero estaba segura de que no me pertenecía, y no podía ser tan egoísta de seguir reteniéndote a mi lado sabiendo lo que sienten ambos.
Después los vi hablando, nunca te había visto tan feliz, tus ojos brillaban y los de ella también. Te convertías en un ser tan atrapante como ella cuando estaban juntos, no te importaba nada mas que la libertad de sus corazones, juntos.
Y ahí entendí el verdadero significado del amor acompañado con la libertad.
Eran ustedes dos mariposas revoloteando.
Y así, en unos segundos te fuiste de mi lado.
