martes, 18 de agosto de 2009

-Un secreto-


(...) Había miles de historias que escribieron juntos, sueños anhelados desde lo mas profundo del alma. No eran mas que un saco de lana y un espíritu sereno, algo de paz por las mañanas, y una vida al compás de los tambores de su espalda. Sabor a angustias, y olvidos nunca cumplidos, algunas piscas de ternura -que si mal no recuerdo olvidaron en un bolso aquella noche de verano- y besos con sabor a lluvia y lágrimas. Abrazos que viven con una sensación de culpa en las entrañas, y distancias infinitas sin sentido. Cuerpor alegres, pero la falta de armonía en sus almas. Buscando siempre soluciones en lugares equivocados, alejándose y chocandose entre si, como una escapatoria sin sentido de los problemas. El quería vivir, y ella nunca entendió su manera de hacerlo... Es que a veces lo sentía a su lado, tanteando a oscuras, sin saber bien como actuar o que hacer, buscandose en lugares inóspitos, y encontrando solo algunos instantes de calidez que podían sentir en el alma, y unos brazos alrededor del cuerpo. Esas veces no lograban separarse, pero el siempre se alejaba con los gritos del amanecer , se encondía inseguro, y vuelvía con la luna. El tiempo pasaba, y pronto, y sin entender el porque, se vieron embriagados de amor. Pero después de las borracheras, siempre llega la mañana. Y en esa mañana ventosa donde los tumbó la tristeza, y una oleada de melancolía cubrió el aire de lágrimas, de noches vacías y estrellas opacas. Un frió helado pasó por sus espaldas, ese frío que mata mariposas de colores, y cubre el aire de una neblina que nos pierde. Cuando miraron nuevamente alrededor, todo se había esfumado. Un rayo oscuro paso por sus pechos y se llevo todo. Recuerdos y besos, batallas ganadas y perdidas, gritos y risas, se llevo todo, nada recuerdan de aquellos abrazos con la luna de testigo.


Pero aún hoy, despues de varios amores, no entienden porque se entristecen sin razón en los días de mucho viento, y se escapan, y huyen del mundo, y lloran desesperadamente, buscando algo o alguien que quite el vacío de sus corazones, pero todavía no logran encontrarlo. Son algo asi como unos "profugos del amor olvidado". Pero luego de algunas horas infinitas, logran secar sus lágrimas con hojas de otoño, y simplemente vuelven.


viernes, 14 de agosto de 2009

Sueños.



-Aunque casi ni me creas, aún imagino que somos dueños de un mundo lejano, de algún universo paralelo. Donde el sol nunca se apaga, y las noches tienen una luna que irradia luz sobre el mas maravilloso manto de estrellas, una pegada a la otra. Donde por el día vuelan globos color celeste claro, y al pasar de las horas podemos ver como se pierden entre las nubes de algodón de azúcar, hay varios árboles que nos redean que los pintamos color tiza, y un aroma a café amargo y canela inunda nuestra mente.
Sueño que sos mio, pero que compartimos libertades, y corremos suavemente en busca de las brisas de la próxima estación. Y sueño que soy tuya, pero compartimos soledades y las convertimos en arcoíris tornasolados.
Que no existe la fugacidad, ni el tiempo, es pura primavera. Que mi alma brinca mientras duermes, y vivimos reposando bajo el calor del sol, bien lejos del mundo pero muy cerca del cielo de tu ombligo. Sueño que soñamos por tiempos infinitos, por ensima de los arboles florecidos, y con dulces melodías de fondo, que nunca cesan. Y donde a los lejos se oyen cascadas y sonidos que nos devuelven esa paz que alguna vez perdimos. Con los cuales reímos, lloramos y volvemos a reír con la compañía de la armonía de las almas. Y nuestras carcajadas se mueven al compás de las olas -si, también hay mar, hay todo lo que deseamos- por eso nos enredamos en ellas y bailamos sobre su espuma, descalzos sobre la arena cristalina. El agua es tan pura, tan transparente, que aún en la profundidad puedo ver tus pies.
-¿Que mas?
-...y por las noches nos perdemos, nos buscamos en la neblina, y volvemos a encontrarnos con los primeros rayos de sol que iluminan el paisaje. Somos eso, somos parte de la naturaleza, la sentimos en lo mas profundo de nuestro ser, y ella nos siente, y nos envuelve consu aroma. Nos mezclamos, nos hacemos uno. Y no existe nada mas, solo la infinidad de lo que podamos soñar, y el no-sentido del tiempo, el aire de eternidad...

miércoles, 5 de agosto de 2009

ENLOQUECER

Y enloqueció, y pronto volvió a soñar con el. Con noches de lunas llenas, días de mucho sol, y tal vez un poco de frió por las tardes. Enloqueció por completo, se soltó el cabello y dejó que este se despeine al compás del viento, quitó las sabanas viejas y las flores marchitadas que habían quedado olvidadas en algún libro.
Sus días comenzaron a ser mas tibios, y llenos de luz. Entonces supo que el momento había llegado. Armo una pequeña valija, solo con lo necesario, y se marcho en busca de algunas brisas que quedaban de aquel amor. Y sonrió, sonrió al encontrarlo a el dispuesto, tal como antes. Descubrió que el tiempo no había pasado para ellos. Que sus manías continuaban siendo las mismas, que su mirada -al igual que antes- se iluminaba al encontrarse con la de ella, y sus risas igual de holgadas. Reían a carcajadas, y se rendían el uno al otro al encontrarse en largos abrazos cada noche. Amandose por el tiempo perdido, por el pasado que continuaba en sus memorias, por los buenos y por los malos momentos. Por las ansias encontradas, y esa sensación que tanto extrañaban cuando sus almas se hacían una.
Ella recuperó varios sueños, algún que otro suspiro, y ese brillo que yacía olvidado y que tanto la identificaba. Y el brilló, como nunca antes, se entrego por completo a su viejo amor, y dijo palabras que nunca se había animado a decirlas.
Esta vez, no importaba si resultaba o no, si perduraría o se desplomaría ante el primer abismo. Esta vez, solo se prometieron disfrutar y sostenerlo, sostenerlo de única manera que conocían, con espontaneidad y cantidades inigualables de besos, esos besos que ultimamente habían desperdiciado en algunos cuantos amores baratos y olvidos fugaces. Por eso digo que enloqueció, ella como hace mucho tiempo no lo hacía se jugó por la única persona que permanecía en su corazón, por la única persona que el tiempo no había borrado.
Volvió, vivió y enloqueció. Tal como anhelaba, tal como lo soñaba, y como había imaginado por tanto tiempo.