Despabilate amor

Recuerdo que en aquella época, todavía tenias ese brillo tan tuyo -con el cual me enamoraste- que iluminaba cualquier lugar, y los momentos mas indicados. También besabas con el corazón y con pasión, y abrazabas bien fuerte -por eso nunca te soltaba-.

Si no recuerdo mal, todavía te sonrojabas en cualquier ocasión, y sonreías suavemente, te peinabas poco, y reías a carcajadas. Y cada vez que lo hacías tu nariz se arrugaba, y apenas se distinguían tus pecas.

Me despertabas por las mañanas con cosquillas de cristal, una flor de papel de diario, un corazón de cartón y un sol radiante en el cielo. También recuerdo que todavía ansiabas tocar bien fuerte la guitarra, perderte en el medio de la nada y viajar muy lejos, y practicabas por horas aquello que tanto amabas.

Los sábados disfrutabas dormir, y amigos. Y los domingos despacito susurrabas,
-Despabilate amor, que amanece.

Y el día se volvía nuestro.

Conocías la maldad y la frivolidad de una manera muy superficial, y tenias una agenda repleta de amigos quienes te visitaban constantemente.

Recuerdo que todavía soñabas con fotografiar la vida y después crear un álbum gigante con cada giro que esta daría en su transcurso, y tengo todavía varios rollos que revelar, y una caja llena de momentos de esa parte de la vida que compartimos, planeando viajes, vida, algunas mascotas y nubes de colores. Planeando amaneceres y soles, barriletes que vuelen alto, algunas historias con mochilas, y una vida caminando de la mano.

Y recuerdo muchos recuerdos, y a veces todavía los domingos espero -con ansias- que vengas con la barba crecida, tu aroma que mezcla cigarrillos con café, con tu pelo despeinado, tu aire a vida, y susurres a mi lado. Que me despabile -amor- que ya amanece. Y solo con eso volver a sonreirte (como recuerdo)