martes, 24 de junio de 2008

(...)Este cuento se ha terminado.

Llegaste alterado a mi casa ese día de lluvia, no dijiste nada. Tus ojos estaban mojados con lágrimas. Prendiste un cigarrillo tras otro. Yo te miraba, y trataba de comprender lo que gritabas a través de tu mirada desesperada.

Pero no dije nada. Me levante despacio y puse el disco que me habías regalado. Cuando volví, me miraste un tanto mas sereno.


-No puedo mas...
Dijiste.
- Lo sabes, esta ciudad nos volvió locos, y debemos salir de acá.
- No nos podemos escapar nomas.
Respondí.
- ¿Y si lo hacemos de todas formas?

Te mire por unos segundos que fueron eternos.

- ¿Y?
Preguntaste ansioso.
- ¿Te acordás lo que te prometí? "a donde vas yo te sigo" Y a mi también me volvió loca.
Dije mirándote a los ojos.

Las lágrimas comenzaron a correr por tus mejillas.
- Gracias.
Fue lo único que pudiste decir, y me abrazaste muy fuerte. Se que tratabas de demostrarme que me lo agradecias de corazón. Y yo lo comprendí.

Y se marcharon por siempre, muy LEJOS, donde -todavía- nadie puede llegar.
Y colorín colorado(...)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta lo que escribis (cosa que ya te lo dije), paso sin más intenciones que husmear sin tocar nada.

Adriano

Anónimo dijo...

Dijiste: Matemos a luchi, total no esta sencible
   y te sentaste a escribir.

Loveyouu Vaquii(L)