Si quiero,

Hace algunos días oí decir a que, la gente solo escribe en dos etapas de la relación, cuando recién comienza que lo llamaríamos enamoramiento, y cuando rompen. Es decir que por un lado cuando todo es perfecto, cuando la persona que tenemos enfrente es la ideal, y la vemos sin defectos, y por otro lado, cuando estamos destrozados, llenos de odio, melancolía, resignación, dudas, preguntas, o simplemente tristeza.
Esta frase me dejo pensando, y me di cuenta que nadie escribe acerca del día a día, de la rutina, de los hijos, los problemas, los silencios y las cosas no dichas a tiempo. Nadie escribe acerca del desgate que poco a poco dejamos q suceda, pero tampoco, nadie escribe sobre el, que cada vez que va al supermercado recuerda cuando le gustan a ella los chocolates, o sobre ella, que se sienta junto a el a mirar deportes, y pregunta mientras el entusiasmado responde, solo para hacerse (mutuamente) un poquito mas feliz. Nadie escribe acerca de como poco a poco se aprende sobre el otro, se lo conoce, pero no tan solo conoce, cuando lo vemos transparente, cuando logramos ver su alma (y viceversa). Porque en ese momento, las cosas ya no son perfectas, ya conocemos sus defectos, sus manías, sus temores, y miedos, conocemos sus caprichos, sus gustos, su forma de levantarse por la mañana.
Es que no se trata de un chocolate, o de un canal de deportes, se trata de compartir, se trata de aprender del otro, y lograr amarlo, se trata de levantarse, caerse, y volver a levantarse, de seguir, se trata de decir Si quiero, todos los días, se trata de seguir sin soltarse las manos, de no dejarse llevar por el cansancio, se trata de intentar no caer en las banalidades, de saber perdonar, y saber pedir perdón, se trata de un día a día, de construir desde los cimientos, de compartir las cosas buenas y las malas, de la comunicación, de dar paseos juntos, de disfrutar la familia, de disfrutar de los amigos, y de disfrutar la pareja. Se trata de un beso por la mañana y otro por las noches.


(Gracias F. por la imagen)