Y así comenzaron sus días casi por univocación, llenos de palabras inventadas, y miradas llenas de risas. Y mientras ella tomaba algunas copas, el se encargo de preparar su cama. Y en solo algunos momentos, ya ella estaba hechizada. Casi sin saber se vio volando entre las nubes de la mano de un Brujo, de la mano de un hombre de las alturas, de esos que saben volar alto. Y el se vio bajando un poco a la tierra.Ella era el cable del que tanto había escuchado hablar de boca de un gran músico. Dejaron de vivir en los sueños, los días pasaban sin contarlos, no era 5, 6 o 7 ¿a quien le interesa? decían. Solo existían momentos, existían anécdotas, existían amigos, existían fuertes rayos de luz y brisas de aire fresco constante. Los inviernos pasaban sin pensarlos,no había espacio para los reproches, ni para las tristezas, solo existía el violeta, mezclado con verdes y algunos tonos y colores inventados.
Los cuentos y las historias de vida, eran contadas una y otra vez, así lograron deshacerse de su pasado para lograr vivir en el presente y nada mas. No había historia personal, solo existía el hoy. Disfrutaban sus días, sabían que en algún memento las cosas se acaban pero es por eso que no se dejaron llevar por las banales discusiones, tan solo reían, aprendieron a descubrir sus errores, se dejaban llevar por los vientos, por los sonidos, y las luces. Eran libres, no había ataduras, no existían los reclamos, vivían una melodía inventada alguna vez en los sueños, porque las melodías cambian constantemente, y no hace falta aprenderlas de memoria, solo escucharlas,y dejarse llevar por ellas. Porque las mejores melodías son las espontáneas, son las inventada en una noche de luna, o en una tarde entre amigos. Las melodías tienen esa libertad a la que no nos acostumbramos, esa libertad que todavía nos cuesta, la libertad sin ataduras, la libertad que tan solo es libertad , y que algún día la vamos a entender. Pero ellos ya la habían comprendido, ellos la sabían llevar mejor que nadie, creaban sus propios bailes, sin mirarse y necesitarse del otro. De vez en cuando tan solo se miraban, se espiaban, volvían a sonreír y se cruzaban.A veces se anhelaban pero bastaba subir algunas notas y se encontraban nuevamente en las alturas, lejos donde nadie puede llegar.
Vivían del arte, porque el arte (casi) no tiene domingos
