domingo, 22 de marzo de 2009

Cuanto valia la pena...

Y desde aquella noche de luna serena, ella ya no quiso recortar mas lágrimas de papel de diario, tampoco juntar melodías de algún baldío de notas. Decidió nunca mas dejar de oír las carcajadas sonoras de las estrellas, ni volver a robar besos de algún bar. En esa noche, ella prometió dejar atrás esas pocas piscas de cariño en su vida, y se permitió lanzar por la borda aquel cuentagotas de amor. Así se olvidó de aquellos "te quieros" apresurados de alguna habitación. Y dejó que un nuevo aroma reposara junto a ella, se olvidó de las peleas, y se sacó la armadura que tanto la sofocaba algunos domingos, que luego de algún tiempo se oxido en un rincón. Se abrió a todas las tonterías que acarrea aquel nuevo sentimiento que corría velozmente por su cuerpo, por su alma. Y rió, rió a carcajadas y por horas. Demostrando así cuanto valía la pena disfrutar de estar vivo -y mas si a su lado se entraba aquel amor-.

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